Lucas Vázquez seguirá, al menos un año más, en la disciplina del Real Madrid. Su renovación hasta 2025 era un secreto a voces, pero el pasado jueves el club blanco lo hizo oficial finalmente, tan sólo unas horas después de confirmar también la continuidad de Luka Modric, otro hombre clave dentro del vestuario, más allá de lo que aportan dentro del césped, que es mucho. El de Curtis cumplirá, de esta forma, al menos diez años en el club de Concha Espina desde que volviese en el verano de 2015 procedente del RCD Espanyol.
El canterano del Real Madrid se ha convertido, desde hace ya algunas temporadas, en un hombre fuerte y con peso dentro del vestuario. Es, junto con Carvajal y Modric, de los más veteranos de la plantilla y su ascendencia sobre los jóvenes y los nuevos fichajes es muy importante para Ancelotti y su cuerpo técnico. No obstante, dentro del terreno de juego sigue aportando muchísimo cuando le toca participar, se ha convertido en un secundario de lujo (por su habitual suplencia) pero cuyo nivel nada tiene que envidiar al de los teóricos titulares.
Para muestra, el último Clásico que se jugó. Fue en el Bernabéu y sirvió para asegurar el título de Liga. El Real Madrid ganó por 3-2 y Lucas Vázquez fue el mejor jugador del encuentro. Decisivo en todos los goles, provocó el penalti del primer gol, marcó el segundo y sirvió en bandeja el tercero a Bellingham cuando el árbitro estaba a punto de señalar el final del choque. Por ello, su rendimiento está fuera de toda duda, ese ha sido el motivo principal para que el club le haya ofrecido renovar. Pero además, es muy importante su papel en el vestuario, todo aquello intangible que ocurre en una plantilla en el día a día.
Lucas Vázquez, un valor seguro
La confianza de Carlo Ancelotti, Davide y el resto del cuerpo técnico en el lateral derecho es absoluta. Solo el gran nivel que está exhibiendo Carvajal le apartan de tener más oportunidades de participar en los partidos, pero en el seno del club están encantados con Lucas Vázquez que se ha convertido, como se dice comúnmente, en un hombre de club. Acepta su rol sin poner una mala cara, sin aspavientos e intenta ayudar de puertas para adentro a los más jóvenes, a los que aconseja y acompaña.
La trayectoria del jugador de Curtis en el Real Madrid ha contado con varios momentos destacados, pero uno resalta siempre entre la afición blanca y quedará para siempre en el imaginario colectivo madridista. Aquel penalti en Milán en la tanda contra el Atlético de Madrid, con una Copa de Europa en juego, convirtió al lateral en héroe del madridismo.
Su tranquilidad de camino al punto de penalti, sin dejarse intimidar ni por el escenario ni por Oblak, jugando a hacer malabarismos con el balón para calmar los nervios y su aplomo para convertir la pena máxima y guiar al Real Madrid en la tanda no serán olvidados nunca por unos aficionados que valoran como se merece la figura de Lucas Vázquez.